Luego de fotografiar tantas bodas hermosas en Hacienda Azucena, esta vez mi visita fue aún más especial. Carmen, la dueña y coordinadora de eventos del lugar, me llamó para contarme que su hija Stephanie se casaba, y que estaban preparando una celebración inolvidable. Ser elegida como su fotógrafa de bodas en la hacienda fue un honor enorme, y desde el primer momento supe que sería un día lleno de emoción, amor y mucha belleza natural.

Preparativos de Boda llenos de color y emoción en Condado

Comenzamos el día en Casa Los Cummings, en Condado. Me encanta cuando las parejas eligen espacios con carácter para sus preparativos, y este lugar, con su energía tropical, mosaicos y luz natural, fue perfecto para contar su historia desde los primeros instantes.
Franco se arreglaba junto a sus amigos en la terraza, mientras Stephanie compartía risas con su mamá y su abuela, vestidas con batas color vino que contrastaban con las paredes coral del cuarto Flamingo. Entre risas, lágrimas y un toque de champaña, la emoción se sentía en el aire.

Una ceremonia clásica en la Parroquia Stella Maris, Condado

La ceremonia tuvo lugar en la Parroquia Stella Maris de Condado, una de mis iglesias favoritas por su luz cálida y su arquitectura moderna. Allí, rodeados de familiares y amigos, Stephanie y Franco se dieron el “sí” en medio de miradas llenas de amor y una atmósfera tan genuina que todos terminamos conmovidos.

Boda al aire libre en Hacienda Azucena

Después de la ceremonia, viajamos hacia Río Grande, al corazón verde de la isla, donde nos esperaba Hacienda Azucena, una joya escondida entre las montañas con vistas espectaculares al bosque tropical.
El día estaba soleado, el cielo despejado, y el aire olía a flores frescas. La decoración seguía un estilo rústico al fresco, con mesas de madera, velas blancas y guirnaldas de eucalipto que recorrían todo el largo del salón bajo una carpa transparente. Cada detalle reflejaba la elegancia relajada de la pareja.

Aprovechamos los minutos dorados del atardecer para hacer retratos entre las palmas y el deck que domina el paisaje. Esa vista de Río Grande siempre me roba el aliento, y en ese momento entendí por qué tantas parejas buscan fotógrafos de bodas en haciendas como Azucena: no solo por la belleza del lugar, sino por la tranquilidad que se siente allí.

Una noche mágica bajo las estrellas en Hacienda Azucena

La recepción fue una verdadera fiesta. La música de Cuenta Regresiva y el DJ Freddy mantuvieron la pista llena toda la noche. Entre bailes, abrazos y brindis, nadie quería que terminara.
El broche final fue una sorpresa: un espectáculo de fuegos artificiales que iluminó el cielo sobre la hacienda. Fue el cierre perfecto para una boda que se sintió auténtica, familiar y profundamente alegre.

Mirando atrás

Documentar esta historia fue un recordatorio de por qué amo tanto mi trabajo como fotógrafa de bodas en Puerto Rico. Cada historia es distinta, pero cuando se mezcla el amor, la naturaleza y una celebración tan personal como esta, las imágenes hablan por sí solas.