Quedé loca y encantada con las personalidades súper alegres de Zully y Javier en su sesión Love Story en Viejo San Juan desde ese día estaba bien ready para el día de su boda, en la hermosa Hacienda Don Carmelo, ¡la cual no visitaba hace mucho, mucho tiempo! No es secreto que soy fan y especialista en bodas de hacienda. Son hermosas, requieren poca decoración, ¡y hay vegetación en todos lados!

Temprano ese día, llegamos a la preparación de las chicas en la casita de la hacienda. ¡El cuarto estaba lleno! En lo que Zully se alistaba, tomé las fotos de los hermosos detalles. Quedé derretida con el vestido de novia, y el ramo de flores de suculentas. Teníamos planes importantes, por lo cual tan pronto Zully y su madre estuvieron listas, hicimos sus fotos y nos fuimos en caravana a una visita muy especial.

Antes de la Ceremonia, una Visita muy Especial...

La abuelita de Zulaideth no podía asistir a la boda, por lo cual fuimos a visitarla. En la casa estaban muchos familiares, emocionados de ser los primeros en ver la novia. Abuelita estaba muy emocionada, y orgullosa de su hermosa nieta y el gran paso que daría en algunos minutos. Luego de lágrimas y abrazos, regresamos a la hacienda, en donde me esperaban Javier y sus caballeros para una breve sesión antes de la ceremonia.

Desde que Zully comenzó a desfilar, Javier se conmovió muchísimo, y eso nos hizo llorar a todos. La ceremonia fue súper emotiva, llena de carcajadas, llanto, palabras de consejo y felicitación por los padrinos y los padres. Fue perfecto.

Luego de la ceremonia y las fotos grupales, dimos un paseo por la Hacienda para hacer las fotos de recién casados. Fue hermoso fotografiarlos, Zully y Javier no podían contener las risas y la emoción... ¡y eso es súper fotogénico!

Recepción de Bodas en Hacienda Don Carmelo

Mi parte favorita fue la recepción. Realmente, hace tanto tiempo no sentía tantas emociones en una sola boda. Cada uno de los discursos durante el brindis estremecieron a los nuevos esposos, y a todos los allí presentes. El amor y alegría eran sumamente palpables, que lindo trabajar así. Luego vinieron los bailes, y fue allí cuando Javier y su madre se robaron el show con una coreografía de bomba que nos puso a bailar hasta las mil y quinientas

Fue riquísimo ser parte de su día, gracias por confiar tan hermosas memorias en mí.

XO,

Cami