La decisión de posponer una boda siempre han sido complicaciones naturales de planificar un evento desde la distancia, y durante estos cambios de vida naturales, a Melvin y Karen se les añadió una pandemia. Valió la pena esperar, pues su boda en Hacienda El Jibarito cayó en el mejor momento de la pandemia según Puerto Rico iba alcanzando excelentes números de vacunación. ¡La tercera fecha fue la vencida para Karen y Melvin, y gozamos de lo lindo!

Boda en Hacienda El Jibarito, San Sebastián

Desde que me consolidé como fotógrafa especializada en bodas de hacienda en Puerto Rico, las he recorrido casi todas. Hacienda El Jibarito solo me había tocado una vez, para la boda de los lindos Liza y Rey en 2014. Desde entonces, recuerdo ese local y su gigante ranchón por su potencial para fotos, y por su increíble espacio para una fiesta a todo dar. Nada más apropiado que mi próxima boda ahí, la de Karen y Melvin, ¡fuese tremendo party!

Mi día comenzó en la habitación de Karen, quien estaba preparándose con sus familia inmediata. El ambiente era uno de expectativa y alegría: ¡Karen estaba regia y ready! Afuera de su habitación, estaba un nervioso Melvin, listo para salir a la iglesia. Le hicimos una sesión de fotos rapidito, tras lo cual lo enviamos hacia la ceremonia mientras terminábamos las fotos de novia de Karen al exterior.

Ceremonia de Bodas en Parroquia San Sebastian Mártir

Habiendo hecho muchas bodas en el centro de la isla, fue mi primera vez en la linda y luminosa parroquia del pueblo de San Sebastián. Habiendo conocido en persona a Karen y Melvin el mismo día de la boda, nunca los había visto interactuar juntos. Por eso me derritió ver como a Melvin se le iluminó el rostro cuando vio a su amorcita bella acercándose al altar. Ella es su reina, y el amor de ambos llenaba todo el espacio.

Tras una ceremonia familiar y hermosa, hicimos las fotos familiares en el altar, para luego continuar hacia la fiesta, de regreso en El Jibarito.

Recepción en Hacienda El Jibarito, Puerto Rico

Normalmente, el próximo paso en el timeline serían las fotos de los recién casados, pero el calor del verano estaba tan fuerte, que decidimos dejarlas para más tarde en el día, pues faltaba bastante para el atardecer. Pasamos directo al salón, en el cual capturamos la decoración de tema romántico en tonos blancos, dorados y acentos rosados.

Los novios estaban muy enfocados en ofrecerles una experiencia súper entretenida a sus invitados: había un dessert station, un booth de pitorros de sabores, y los recordatorios eran shot glasses y botellitas de pitorro en cada mesa. Esa fiesta venía HEAVY.

Y así mismo fue, esta fue la primera fiesta de ese nivel que trabajé durante la pandemia, ni la abuela se quitó. Después de todo, las ganas de celebrar llevaban mucho tiempo acumuladas, y qué mejor excusa que la boda de Karen y Melvin.

Les deseo una vida de casados tan alegre como su primer día, y espero tenerlos frente al lente muchas veces más. Un besito.

xo,

Cami