He querido escribir este blog post hace tiempo, pero en plena temporada alta de bodas, ha sido imposible. Tengo la bendición de llamar a Mónica y Andrés mis amigos, y una de las parejas más hermosas e inspiradoras que me rodean.

Una vez leí en algún lugar que el amor verdadero hermosea a las personas que lo viven, y ellos llevan ocho años comprobando de esa gran verdad. Su compromiso era una etapa soñada desde hace mucho por ambos, pero por distintas razones, no había sido posible.

Nunca tengo la oportunidad de vivir tan de cerca una boda desde sus inicios. Es por tal razón, que el corazón se nos quería salir del pecho, el día que Andrés nos dice a mi mejor amiga -e inseparable hermana de Mónica- y a mí que quería comenzar la búsqueda de anillos, y quería que lo acompañáramos en la misma. Nos tomó apenas unas horas en encontrar el ideal; Andrés lo divisó y dijo: ¡ese es, es perfecto!

Ahora solo faltaba planificar el gran día. Andrés invitó a Mónica a "celebrar su octavo aniversario" al Restaurante Art d'Chocolat, donde la amable administración y el talentoso pianista Rolando Castañeda estaban preparados para recibirles.

Luego de la cena, y para sorpresa de Mónica, llegamos su familia y yo, con un arreglo de flores de French Tulip, para ser partícipes del momento. Andrés tomó el micrófono, y cantó la hermosa canción "I Can't Help Falling in Love With You". Al terminar, no quedó un ojo secó en todo el lugar. En ese momento, el padre de Mónica le pasó la sortija a Andrés, quien le pidió la mano en matrimonio.

Fue una noche tan y tan especial que no hay maneras de explicarles lo hermoso que se sintió experimentarla y documentarla en primera fila. Estoy más que emocionada de saber que seré la fotógrafa de su boda, y no puedo esperar a verlos comenzar el resto de su vida juntos.

XO,

Cami