Hoy les tengo el hermoso día de bodas de Camille y Omar en Jardines del Castillo. Su día de bodas fue maratónico, típico de las tradicionales bodas Puertorriqueñas, pero se sintió tan relax y tranquilo: algo que creo podrán ver en las fotos de boda que comparto con ustedes hoy.

Mi historia con mi querida tocaya Camille comienza mucho antes de su boda, nos conocimos en una de mis primeras experiencias como voluntaria en Haití.

En la siguiente década, ambas crecimos como profesionales, y tuve el honor de hacerle sus primeros headshots cuando se graduó de su profesión como Quiropráctica. Nunca olvidaré mi primera vez posando una columna vertebral, jaja.

Celebré su update en redes sociales cuando compartió su compromiso con Omar, y me alegró tantísimo cuando recibí ese primer mensaje considerándome para su fotografía de bodas.

Hubo múltiples cambios de planes, gracias a la vida pandémica, así que nuestra celebración se hizo esperar un poco. Pero wow, ¡valió la pena totalmente!

Preparación de boda en Olive Boutique Hotel, Condado

Mi turno de fotografía comenzó en el Olive Boutique Hotel para la preparación de Camille, su mamá y su hermana. Fue una preparación corta y sencilla, comenzando por los accesorios, y luego pasando a lo verdaderamente importante: la novia y su familia.

Este trío sumamente fotogénico bendijo mi cámara con un set súper hermoso en la terraza de la habitación. Una vez terminados los retratos, nos montamos en el carro en dirección a la iglesia.

Ceremonia de Bodas en Parroquia Jesús Maestro

Normalmente las bodas católicas se sienten bien formales, y ceremoniosas. El ambiente en esta iglesia era sumamente distinto en esta ocasión. Se sentía como una comunidad llena de familiaridad, risas, alegría. Daba gusto estar allí.

Una vez casados los novios, y aprovechando el aguacero que ocurría afuera, hicimos las fotos de familia en el altar antes de salir hasta nuestra última parada del día.

Recepción de Boda en Jardines del Castillo

Algo que me gusta mucho de Jardines del Castillo es la hermosa vegetación para los retratos de recién casados. Una vez llegados los novios, pudimos atravesar los jardines mientras hacíamos las fotos de recién casados, tras lo cual ellos se prepararon para su recepción y yo hice fotos de la decoración.

Una vez comenzada la fiesta, hubo una serie de brindis, bailes protocolares, y finalmente, una canción sorpresa escrita por ambas suegras, que hizo reír, llorar, y llorar de alegría a todos los presentes.

Una vez terminada la cena, se prendió el party y la pista no se vació por un segundo. Tremendo rumbón, de esos que llegas a tu casa todavía con ganas de seguir bailando.

Felicidades a los encantadores novios, y que sigan celebrando su familia día tras día.

xo,

Cami